sergiobelluz

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¡Déjate conquistar por el país de los Conquistadores!

GUADALUPE, MEDELLÍN, MÉRIDA, TRUJILLO... ¿COLOMBIA? ¿MÉXICO? ¿PERÚ? ¿VENEZUELA? NO, SEÑOR : ¡EXTREMADURA!

 

Y es que de esta región, situada en el centro de la península ibérica – ¡y sin ningún acceso al mar! – salieron los Conquistadores más famosos de la historia:  Hernán Cortés (México), Vasco Nuñez de Balboa (Panamá), Francisco Pizarro (Perú), Hernando de Soto (Florida) y Pedro de Valdivia (Chile), entre otros.  ¿Qué iban a hacer sino nombrar los lugares del Nuevo Mundo con nombres de su tierra natal? Se encuentran "Nuevas Extremaduras" en México, Costa Rica, Venezuela y Chile.  Es también aquí, en Extremadura, que la imagen de la Virgen de Guadalupe, símbolo de la Hispanidad, patrona de México y Emperatriz de América, fue encontrada primero en el siglo XIV por un pastor de la región de Cáceres en las orillas del río Guadalupejo.  Su historia es mucho más antigua:  posiblemente de origen copto (los primeros cristianos de Egipto), llegó aquí quizás por las invasiones árabes, después de haber pasado por Jerusalén, Roma y Sevilla.  Sus milagros fueron tan grandes que Alfonso XI, en 1340, hizo construir en el sitio una iglesia donde se encuentra hoy un monasterio declarado "Patrimonio de la Humanidad" por la Unesco.

 

Nombrada a la vez por su ubicación al límite con las tierras árabes de Al Andalús – la actual Andalucía – y sus caractéristicas geográficas ("extremos duros" era como se le cualificaba a esa tierra seca, lugar de lucha y de batallas constantes entre españoles y árabes), Extremadura es una de las regiones más hermosas y menos conocidas de España.  Relativamente aislada, situada en el centro de las tierras, al sur de Madrid y de Castilla, con una frontera con Portugal, la región no ha tenido el desarrollo turístico de Andalucía, su vecina del sur o el de la Costa Brava, en Catalunya. 

 

Por eso mismo es quizás una de las regiones españolas más auténticas:  después de la Reconquista – los árabes de Al-Andalús se quedaron 7 siglos en gran parte de España hasta la caída de Granada en 1492 – la región fue repoblada por las Órdenes Militares que habían recuperado para los Reyes Católicos las tierras españolas ocupadas por los árabes.   Estos mismos hombres "mitad monjes mitad soldados", como se les describía en su época, iban luego a conquistar América.  Sus orgullosas ciudades, enriquecidas por el oro y la plata de los Aztecas y de los Incas, quedan perfectamente conservadas y sirven regularmente de tela de fondo para cantidades de películas históricas para la televisión y el cine.

 

CÁCERES, RESUMEN DE LA HISTORIA DE ESPAÑA Y ESCENARIO DEL SIGLO DE ORO

 

Fundada en 34 a.C. por los romanos, Norba Cesarina ("nueva ciudad de César") fue luego renombrada Cazires cuando fue conquistada por el rey árabe Abú Jacob (que obviamente pronunciaba mal el latín), y fue sólo después de quatro Reconquistas de parte de los españoles, la última en 1229, que adquirió su nombre definitivo.  Cáceres, Ciudad Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1986, tiene un centro histórico espectacular y perfectamente conservado:  encerrado por una muralla edificada por los romanos y completada por los árabes, el conjunto histórico, de color dominante ocre, es una mezcla armoniosa de arquitectura romana, árabe y cristiana, con una mayoría de palacios e iglesias de los siglos XV y XVI.  Lo mejor es perderse por sus calles, recordando escenas del teatro español del Siglo de Oro, con sus alguaciles, sus hidalgos, sus intrigas amorosas y sus viejas dueñas desabridas.

 

Desde la Plaza Mayor, pasando por la monumental puerta en la muralla árabe, entrada principal al conjunto, se llega a la Plaza Santa María. Amplia e irregular, está bordeada de majestuosos palacios señoriales – entre otros el Palacio Carvajal, convertido en museo, con un magnífico patio interior y un jardín andaluz – que contrastan con el austero Palacio Episcopal y la Iglesia de Santa María (siglo XV).  En un rincón afuera de la iglesia, no se olviden de acariciar los pies brillantes de la estátua de San Pedro de Alcántara, objeto de veneración fetichista por generaciones de paseantes.  Cruzarán luego la bellísima Casa Almudéjar (de arquitectura árabo-cristiana) y la romántica Plaza San Jorge por debajo de la impresionante Iglesia San Mateo (siglo XV) culminando en el punto más alto de la ciudad. Bajando, podrán descubrir el Museo Provincial o Casa de las Veletas (siglo XVIII), construida por arriba del antiguo castillo árabe, el alcázar, cuyo aljibe – una cisterna en forma de cripta para colectar y filtrar el agua – todavía se puede visitar. Una pasarela conecta el museo con el vecino Palacio de los Caballos, ahora museo de Arte Contemporáneo.  A dos pasos, en el barrio de San Antonio, se encontraba el barrio judío de Cáceres antes de la expulsión de los judíos de España en 1492.  En su final, se llega abajo de la Cuesta del Marqués que efectivamente cuesta subir!  Pero ánimo:  conduce a la Casa Museo Árabe, completamente restaurada, con baños, harén y salón de té, tal cual se encontraba antiguamente en Cáceres.

 

Cáceres ha estado muy presente en las aventuras americanas de sus ciudadanos más ilustres:  el magnífico Palacio de Moctezuma (siglo XVI) fue propriedad de Juan de Toledo de Moctezuma, nieto de la única hija legítima del emperador Moctezuma, la princesa azteca Tecuixpo Ixtlaxochil (conocida como doña Isabel Moctezuma) que se había casado en México con el cacereño don Juan Cano Saavedra, capitán de Hernán Cortés. Aquí nació el jesuita González Holguín, llegado en Perú en 1580, autor de Arte Nueva, Gramática y Vocabulario en la lengua general del Perú llamada Quichua y en lengua española de suma importancia para el conocimiento de la cultura indígena peruana.  Sin olvidar la calle Francisco Godoy (oficial de Francisco Pizarro en Perú) y, en la plaza de Santiago, el Palacio Godoy, cuyos bustos dizque representan el mismo Godoy, su esposa, su jefe Francisco Pizarro y la princesa inca de quien éste tuvo una hija:  ¡ya no es chisme, es historia!

 

TRUJILLO, LA CIUDAD DE PIZARRO

 

Precisamente, a media hora de Cáceres, Trujilllo – la Turgalium romana deformada por los árabes en Turgielo o Turgiela – fue reconquistada en 1232 y es otra magnífica muestra de la riqueza histórica de Extremadura.  Aquí fue en parte filmado 1492:  Conquest of Paradise de Riddley Scott, con Gérard Depardieu en el papel de Cristóbal Colón.  Imposible ignorar que ésta es la ciudad natal de Francisco Pizarro, Conquistador del Perú: en la amplia Plaza Mayor o Plaza de la Hispanidad, el héroe en su caballo salvaje, con armadura, casco de pluma y espada autoritaria, está eternamente listo para vencer cualquier beligerante.  Esta estátua es del norteamericano Carlos Rumsey y es una réplica de la que se encuentra en Lima.

 

En la misma Plaza Mayor, rodeada de magníficos palacios renacentistas, entre otros el Palacio de los Duques de San Carlos (siglo XVI – XVII), se encuentra la Casa Museo Pizarro, que pertenecía en realidad a su padre, el capitán don Gonzalo de Pizarro (¡el Perú fue un lucrativo negocio de familia, a juzgar por la riqueza del palacio y el elevadísimo número de hermanos y familiares que se llevó Francisco Pizarro en sus hazañas!). Allí está recreada una casa aristocrática del siglo XV y hay una exposición permanente sobre el conquistador.  El fabuloso balcón, con sus representaciones de Francisco Pizarro y su esposa la princesa inca Inés Haylas Yupanquí, es la primera representación pública del mestizaje entre España y Latinoamérica. Otros trujillanos ilustres fueron Fray Jerónimo de Loaísa, fundador de la primera Universidad del Perú, Fray Gaspar de Carvajal, partícipe de la búsqueda de El Dorado y autor de una apasionante Relación llena de observaciones "científicas" (al dominicano le fascinaron las mujeres amazonas que "andan desnudas en cueros, tapadas sus vergüenzas, con sus arcos y flechas en la mano haciendo tanta guerra como diez indios", ¡dulces tiempos!) y doña Isabel de Trujillo, una de las mujeres más rica de su tiempo, que introdujo el trigo y otros cultivos en Perú y fundió el monasterio de la Concepción de Lima en donde terminó su vida como monja.

 

Y es que Trujillo ha sido y sigue siendo una ciudad muy religiosa, llena de edificios, conventos y claustros muy importantes:  la románica Iglesia de Santa María (siglo XII – XIII) contiene un magnífico retablo y los restos de toda la nobleza local. En el Convento de la Merced (siglo XV) vivió un tiempo Tirso de Molina, creador del Convidado de Piedra y del famoso personaje de don Juan. Los claustros de las monjas Jerónimas de Santa María y de las Dominicas de San Miguel proponen deliciosas galletas que se compran por una especie de taquilla giratoria que les permiten cobrar sin ser vistas.  Del pasado árabe de Trujillo queda una cisterna que los niños utilizan como piscina y el impresionante Alcázar que domina todo Trujillo y ofrece un magnífico punto de vista sobre las tierras ásperas que rodean la ciudad.  Antes de marcharse, es imprescindible asistir por lo menos una vez al espectacular ocaso del sol que tinta de rosa la Plaza Mayor, una de las plazas más aristocráticas y más hermosas de España.

 

MÉRIDA, CIUDAD ROMANA

 

A una hora de Trujillo, Mérida ha también tenido muchos conquistadores, ¡pero romanos! La capital de Extremadura luce un modernísimo puente blanco, obra de Santiago Calatrava, pero no ha totalmente dejado de ser la antigua Augusta Emérita, capital de la Lusitania – el antiguo Portugal, a una hora de aquí – fundada por los romanos en el siglo 25 a.C.:  a la entrada de la ciudad, se ven por un lado el altísimo Acueducto Romano y por el otro los 792 metros del Puente Romano, todavía en uso, sobre el río Guadiana.  Los árabes construyeron su Alcazaba, una fortaleza del siglo IX, para defender el puente.

 

Mérida creció alrededor de sus monumentos romanos:  el Arco de Trajano, completamente integrado, sirve de puerta de entrada a una plaza.  Las columnas blancas del Templo de Diana aparecen por sorpresa en una esquina del centro.  El Circo Máximo (403 metros de largo por 96 de ancho), único en España, servía para las carreras y contenía 36 mil espectadores.  La Villa Romana y sus mosáicos nos recuerda lo que los patios españoles deben a la antigua domus romana.  ¡Y las corridas de toro de las arenas al lado tienen mucho que ver con los juegos del circo romano!

 

Panem et circenses, "pan y juegos", exigía el pueblo romano.  Y precisamente por sus juegos y sus espectáculos Mérida logró su título de Patrimonio Mundial de la Humanidad: su enorme Anfiteatro (siglo 15 a.C.), contenía 15 mil espectadores y servía para los gladiadores y para las naumaquias, batallas navales artificiales particularmente apreciadas por los romanos.  Su espectacular Teatro Romano (siglo 14 a.C.), con una capacidad de 6 mil espectadores, servía únicamente para el arte dramático.  ¡En el verano no se le notan sus 20 siglos! El Festival de Teatro Clásico le devuelve todo su esplendor y, en su antiguo escenario,  renacen los grandes autores griegos, latinos y españoles y sus personajes eternos. 

 

Un teatro vacío siempre está poblado por los actores, los protagonistas y el público que han compartido un día risas, pasión, sufrimiento y emoción.  Asi es Extremadura, escenario histórico lleno de los sueños de grandeza y de riqueza de sus habitantes y de nostalgia por lo que ha sido y que ya no es. 

 

©Texto y fotografías: Sergio Belluz, 2015 (publicado en la revista Mapalé  No1, noviembre de 2004, Toronto: Editorial Mapalé, 2004)

 

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Ilustraciones:

- Cáceres (2 primeras fotos)

- Trujillo (2 fotos intermediarias)

- Mérida (2 últimas fotos)

 

Pequeña bibliografía

 

  • La Ruta de los Conquistadores, José Maria Íñigo y Antonio Aradillas, Ediciones Jaguar, Madrid, 1999
  • Cartas de Relación, Hernán Cortés, editores mexicanos unidos, México, 1992
  • Historia verdadera de la Conquista de Nueva España, Bernal Díaz del Castillo, Plaza Janés, Barcelona, 1998
  • Histoire de Mexico, Serge Gruzinski, Fayard, Paris, 1996
  • Guide du Routard:  Espagne du Centre, Hachette, Paris, 2003


19/05/2015
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